“Hay varias opciones de tratamiento diferentes para pacientes con tumores neuroendocrinos o TNE”.
“En primer lugar, tomamos una decisión con base en la velocidad de crecimiento del tumor”
“Tenemos una amplia gama de agentes antitumorales que podemos ofrecer a los pacientes”.
“El tratamiento depende del tipo de TNE. En general, lo que primero se evalúa es si se trata de una enfermedad localizada y, de ser así, la cirugía es un tratamiento curativo ”.
La siguiente tabla muestra los diferentes tratamientos disponibles para los TNE. Consulta a tu médico para conocer las opciones de tratamiento más apropiadas para ti. Recuerda que aunque dos personas padezcan el mismo tipo de TNE, el tratamiento puede no ser exactamente igual en ambos casos, ya que son diversos factores los que se deben considerar para decidir el tratamiento de un TNE.
“Si su especialista le dice que no le prescribirá nada y que la mantendrán sólo bajo observación, no significa que no se tome su caso con seriedad. La mayoría de los TNE crecen muy lentamente por lo que no todas las personas requieren un tratamiento activo al inicio”.
La cirugía generalmente es la primera opción de tratamiento de los TNE si los estudios de imagen muestran que el tumor primario está contenido en un área (enfermedad localizada) o cuando la diseminación del tumor se limita sólo a un órgano del cuerpo. Si es posible extirpar el tumor completamente con cirugía, entonces puede no ser necesario ningún otro tratamiento después de la cirugía.
Incluso si el tumor primario se ha propagado (metastatizado), aún es posible la cirugía para eliminar parte del tumor y otros tumores secundarios y los síntomas derivados de éstos.
A esto se le llama a menudo cirugía de citorreducción.
Si los TNE gastroenteropancreáticos (GEP) u otros TNE están bloqueando un órgano, como el intestino, entonces la cirugía puede ser útil para eliminar o disminuir el bloqueo. Si el tumor se ha diseminado al hígado, se puede utilizar la cirugía para eliminar las partes del hígado que contienen el tumor. Sólo en casos muy específicos, poco comunes, se puede considerar un trasplante de hígado.
“Mi cáncer se detectó en un estadio temprano y se extirpó quirúrgicamente. Al principio me monitoreaban cada seis meses y ahora anualmente, a través de diversas pruebas y estudios de imagen”.
*Cita de un paciente que respondió a una encuesta anónima realizada en cinco países en 2015
La radioterapia es uno de los tratamientos más comunes para los TNE. Utiliza partículas u ondas de alta energía, como rayos X, rayos gama, haces de electrones o protones para destruir o dañar las células cancerosas.
Antes de poder administrar la radioterapia, se realizarán estudios de imagen para determinar la ubicación precisa de los tumores.
La radioterapia tiene como objetivo brindar la mayor probabilidad de curar o controlar el cáncer utilizando dosis bajas de radiación para evitar dañar las células sanas circundantes y minimzar los efectos colaterales del tratamiento. Otros nombres de la radioterapia son terapia por radiación o de rayos X.
La radioterapia de haz externo está disponible para los pacientes con cáncer como una serie de tratamientos cortos, diarios, externos (no se requiere hospitalización), generalmente durante varias semanas.
El equipo de radioterapia, llamado acelerador lineal, es similar a una máquina de rayos X grande. Cada uno de los ciclos cortos de tratamiento se llama “fracción”. Dar terapia de haz externo en fracciones significa que se hace menos daño a las células normales que a las células cancerosas.
La radioterapia intraoperatoria (IORT, por sus siglas en inglés) es una forma relativamente nueva y muy precisa de administrar radioterapia durante la cirugía. Durante el procedimiento quirúrgico la radiación se aplica directamente a la zona donde el tumor se extirpó. Esto puede ayudar a eliminar las células tumorales microscópicas y a reducir la posibilidad de que resurja el tumor. Un solo tratamiento puede ser suficiente en algunos casos, aunque hay pacientes que pueden necesitar radioterapia de haz externo adicional durante un corto tiempo después de la cirugía.
La quimioterapia implica el uso de fármacos anticancerosos (citotóxicos) para destruir células cancerosas, deteniendo su capacidad de crecer y dividirse. La quimioterapia sistémica se administra generalmente a través del torrente sanguíneo para alcanzar las células del cáncer neuroendocrino en el cuerpo.
Las maneras comunes de administrar la quimioterapia incluyen el uso de un tubo delgado (catéter) colocado en una vena mediante una aguja (administración intravenosa) o, bien, con una tableta o cápsula oral.
El tipo de quimioterapia dependerá de la características del tumor con base en el reporte de histopatología (de la biopsia). Los tumores con características de más agresividad -alto grado tumoral, tumor proclive a rápido crecimiento- son los que suelen ser tratados con quimioterapia.
La quimioterapia se puede indicar sola para tratar el TNE o en combinación con otros tratamientos y procedimientos revisados en esta sección.
La terapia oncológica dirigida consiste en fármacos u otras sustancias que bloquean el crecimiento, el desarrollo y la propagación del cáncer al interferir con moléculas específicas involucradas en la carcinogénesis (el proceso por el cual las células normales se convierten en cancerosas), la vasculatura y el crecimiento tumoral.
Estos tratamientos también se conocen como “terapias blanco” (del inglés, targeted therapy). Se usan para tratar tipos específicos de cáncer neuroendocrino y se fundamentan en que las células cancerosas tienen hiperactivados ciertos mecanismos biológicos que las habilita para sobrevivir y desarrollar propiedades que se traducen en ventajas sobre las células normales, no cancerosas.
Algunas terapias blanco pueden combatir las células tumorales sin dañar las células sanas, aunque estos medicamentos no están exentos de efectos secundarios o colaterales.
Se pueden prescribir terapias oncológicas dirigidas a algunas personas con TNE, generalmente después de haber recibido tratamiento con análogos de la somatostatina.
Los análogos de la somatostatina son medicamentos que imitan la acción de la somatostatina, pero con una mayor potencia y duración del efecto.
La somatostatina es una hormona, un mensajero químico, producido por el cuerpo de manera natural para controlar diversas funciones en diferentes órganos del cuerpo. La somatostatina tiene la capacidad de controlar el crecimiento de un tumor neuroendocrino, así como también puede disminuir notablemente o detener la sobreproducción de otras hormonas causantes del síndrome carcinoide, como diarrea, rubefacción y sibilancias (silbidos al respirar).
Los análogos de la somatostatina pueden reducir los síntomas de los TNEs al impedir que el cuerpo produzca demasiadas hormonas. También pueden controlar el crecimiento de ciertos tipos de TNEs.
Cuando comienza usted a usar un análogo de la somatostatina se le puede aplicar una inyección del producto hasta tres veces al día, o una inyección de acción prolongada que puede durar más o menos un mes.
El interferón es una sustancia natural producida por el sistema inmune del cuerpo durante una enfermedad por infección viral, como la influenza.
Al interferón se le llama a veces terapia biológica o inmunoterapia y se utiliza para tratar a algunas personas con TNE. Es una de las primeras terapias utilizadas en TNE. Se suele utilizar en combinación con análogos de somatostatina, aunque algunos pacientes son tratados con interferón como terapia única, generalmente cuando no hay disponibilidad o acceso a los análogos de somatostatina.
En ocasiones el interferón se administra solo, como medicación para los TNEs.
Sin embargo, frecuentemente se usa como parte de una terapia combinada con análogos de la somatostatina. El interferón puede no ser una terapia adecuada para todas las personas con TNEs.
Hay otras opciones de tratamiento actualmente en desarrollo clínico que podrían estar disponibles en el futuro. EStos medicamentos o terapias aún no están aprobados o disponibles en todos los países.
La terapia dirigida con radionúclidos, también se llama terapia dirigida con péptidos radiomarcados mediada por receptores (PRRT) o radioterapia con hormonas. La PRRT se fundamenta en el uso de sustancias radiactivas (radionúclidos) dirigidas a receptores de la superficie de las células tumorales.
En este tipo de tratamiento para los TNE, los radionúclidos se combinan químicamente con hormonas (análogos de la somatostatina). Cuando este tratamiento combinado se inyecta en el cuerpo, el compuesto radiactivo se fijará en la superficie de las células del cáncer neuroendocrino y liberará una dosis controlada de radiación con el objetivos de detener o disminuir el crecimiento tumoral o incluso para destruir el tumor.
Además del interferón existen otros fármacos y enfoques más modernos que se están desarrollando para utilizar específicamente el sistema inmune del cuerpo para atacar a las células cancerosas.
Una de estas modalidades en desarrollo son los anticuerpos producidos en laboratorio que pueden reconocer que una célula es cancerosa y destruirla sin dañar las células normales del cuerpo.
Otro abordaje son las vacunas terapéuticas en las que se extrae sangre de una persona para después separar un tipo específico de leucocitos llamados células T, adaptarlos en el laboratorio y devolverlos al mismo paciente, y posteriormente, estas células T adaptadas ataquen específicamente a las células cancerosas, sin afectar las células normales.
¿Tienes alguna pregunta sobre los Tumores Neuroendocrinos? En esta sección podrás conocer la respuesta de nuestros expertos a preguntas frecuentemente planteadas por personas que viven con un TNE
Los grupos de apoyo a pacientes para personas que viven con tumores neuroendocrinos (TNE) suelen brindar apoyo social y emocional