“Para mí es útil ir a trabajar, así no pienso en el cáncer todo el día”.
“Depende de los estudios y las exploraciones que el paciente necesite, así como de los tratamientos que se encuentre recibiendo, pero es muy probable que deba ausentarse del trabajo en ocasiones”
“Ojalá me hubieran diagnosticado hace años, pudo haber ayudado en mi carrera”.
“Depende del tipo de tumor si podrá trabajar y depende del tratamiento que recibirá el paciente”.
Decidir si continúas o disminuyes tu ritmo y carga de trabajo dependerá también de cómo te sientas durante y después del tratamiento. Puede ser que descubras que el ejercicio te ayuda a mejorar tu nivel de fatiga, de energía y tu estado de ánimo.
La decisión de continuar trabajando o no también dependerá del apoyo y la flexibilidad de tu empleador. Muchas personas que quieren seguir trabajando durante el tratamiento lo hacen hasta cierto límite. Otras ajustan sus horas de trabajo por un tiempo o trabajan medio tiempo o se convierten en trabajadores independientes. O también puedes optar por tomar un descanso tipo “año sabático”, o dependiendo de tu edad y situación económica podrías evaluar jubilarte.
Igual que otras personas que viven con TNE, es probable que tengas que asistir a varias consultas médicas, recibir diferentes tratamientos contra el cáncer y someterte a diversas pruebas diagnósticas y de monitoreo de tu enfermedad de manera períodica. Algunas de estas citas pueden programarse en horas laborales en centros médicos que podrían ubicarse lejos de tu domicilio o lugar de trabajo.
Pregunta a tu médico o enfermera si hay maneras de eviar citas presenciales, como serían las citas médicas telefónicas o mediante llamadas por Internet (p.ej. por Zoom, Skype, Teams, Whatsapp, etc.).
No estás obligado a compartir todos los detalles de tu diagnóstico y tratamiento con tu empleador, pero quizá debas informarle sobre cualquier situación que pudiera afectar tu capacidad para trabajar o que pudiera poner en riesgo tu salud y seguridad propia o de la de otros.
Revisa tu contrato laboral para determinar qué información debes compartir con tu empleador, ya que puede variar mucho de una empresa a otra con base en las condiciones acordadas.
Por ejemplo, puedes proporcionar la siguiente información:
Si compartes esta información, tienes derecho a solicitar que tu empleador no la comunique a nadie.
Quizá necesites hablar con tu médico o equipo multidisciplinario antes de proporcionar esta información y quizá no dispongas de todos los datos o respuestas que necesitas para informar a tu empleador hasta que haya comenzado el tratamiento. Si recibes un permiso con goce de sueldo para no trabajar porque está enfermo, tu empleador puede requerir un documento donde tu médico confirme tu enfermedad y sus implicaciones.
Para mayor información y asesoría sobre tus derechos laborales, contacta al equipo de trabajo social o un especialista en Medicina del trabajo de tu hospital. El grupo local de apoyo a pacientes o una organización similar también pueden asesorarte sobre tus derechos laborales.
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