Viajar con TNE

Ya se trate de un descanso breve o una semana o dos de vacaciones en el extranjero, no hay ninguna razón por la que no puedas seguir viajando si has sido diagnosticado con un TNE. De hecho, la mayoría de los pacientes que viven con TNE te aconsejarán no permitir que tu enfermedad te limite ni te deje confinado a la casa, y que trates de continuar con tus actividades cotidianas.

Viajar puede ser justo lo que necesitas para reflexionar y asimilar tu enfermedad, para despejarte y aliviar el estrés o quizá celebrar un buen resultado de una prueba o marcar el final de una fase de tratamiento.

A pesar de que al viajar puedes experimentar más dificultades que las habituales -quizá te fatigues más fácilmente o te sientas incómodo durante el viaje, o tal vez tengas más dificultades para portar y documentar tus medicamentos durante las inspecciones de seguridad de los aeropuertos, todo esto es manejable si te informas y preparas tu viaje con anticipación.

Asegúrate de que sus planes de viaje no coincidan o se empalmen con revisiones o citas médicas importantes. Consulta a tu equipo  médico para que te oriente mejor sobre estas situaciones.

Si necesitas tomar o inyectarte algún medicamento mientras te encuentras fuera de casa, pídele a tu médico general o familiar o al especialista en TNE una carta indicando tu diagnóstico y la necesidad de uso de la medicación, así como dosis y frecuencia de administración de ésta.

Esto es particularmente importante si llevas medicación líquida o inyectable y debes pasar por un aeropuerto u otra inspección de seguridad que pudiese limitar la cantidad de líquidos u objetos punzocortantes (p.ej. agujas) para transportar.

Asegúrate de llevar contigo los detalles de tu receta de que necesite comprar más medicación mientras te encuentres fuera de casa. Y asegúrate de leer el folleto para el paciente que viene adjunto en el empaque de los medicamentos para verificar las condiciones en las que debes guardar o almacenar tu medicamento. Si el medicamento necesita mantenerse en refrigeración, infórmate sobre el clima de tu lugar de destino, cerciórate del total de días que viajarás y no olvides conseguir bolsas o cajas de enfriado para transportar tu medicamento.

Si tienes dudas, consulta a tu equipo de salud para que tee recomienden cómo viajar con medicamentos de cadena fría, o pide ayuda a tu grupo local de apoyo a pacientes.

Una gran preocupación para muchas personas con enfermedades crónicas, no sólo cáncer, es qué sucederá si se siente mal mientras está fuera de casa, sobre todo en otro país. Algunas compañías de seguros pueden negarse a ofrecer seguro de viaje a personas con cáncer u otras enfermedades crónicas como la diabetes, ya que pueden ser más propensos a hacer una reclamación.

Sin embargo, es posible obtener un seguro de viaje que le podría ofrecer la tranquilidad necesaria para viajar sin la preocupación de lo que pueda suceder si usted se siente mal o pierde algo valioso.

Revise las opciones antes de reservar su viaje, e investigue en varias compañías antes de adquirir su seguro para conseguir la mejor opción.

Para mayor tranquilidad, los residentes europeos también pueden solicitar una Tarjeta Europea de Seguro Médico (EHIC) gratuita. Proporciona tratamiento hospitalario de emergencia dentro de la Unión Europea y algunos otros países, aunque no debe usarse como una alternativa a un seguro de viaje.